miércoles, 25 de julio de 2012

otra de medicos

- Dos psicólogos,
se encuentran a las diez de la noche despues de una intensa jornada de trabajo, en el ascensor del edificio.
Uno de ellos va todo deshecho, cansado, agotado, el otro, impecable, lleno de buen humor, sonriente y relajado.
Oye, no me lo creo de verte así,
¿Cómo haces para estar en esta forma luego de 14 horas de consulta con los pacientes?
¡No me digas que tú los escuchas!


 - Doctor, doctor, dígame la verdad:
después de la operación, ¿Podré tocar la guitarra ?
Sí hombre, perfectamente.
¡Qué bien! Porque antes no sabia.


- Doctor, doctor:
 me tiemblan mucho las manos.
¿No será que bebe demasiado alcohol?
Que va, si se me derrama casi todo.


 - Un señor con aspecto enfermizo va al médico y le pregunta:
¿Cómo está mi corazón?
Podía estar mejor, pero no es para desanimarse:
¡durará tanto como usted.


martes, 10 de julio de 2012

chistes de farmacias

- Llega un niño a la farmacia y dice:
Señod, me da un coddon, pod favod.
El vendedor no lo puede creer y le dice:
¿Qué? Y el niño le dice: Me da un coddon pod favod.
El vendedor le dice atontado:
¿Para qué quieres tú un condon?
El niño le dice: Pada amaddadme ed zapato.


- Es un joven que va a la farmacia y pide un frasco de píldoras afrodisíacas.
El farmacéutico le pregunta que para qué las quiere, y éste le dice que tiene una cita con dos ninfómanas,
de forma que el farmacéutico le da un frasco pero le advierte que son muy fuertes y que sólo se tome dos pastillas.
Por supuesto,
este hombre no le hace caso y en cuanto llega a su casa se toma todo el frasco y se pone a esperar a que lleguen sus amantes.
Al día siguiente, vuelve a la misma farmacia con los brazos hinchadísimos, y pide un litro de calmante muscular. ¿Qué le ha ocurrido en los brazos? le pregunta el farmacéutico.
Es que las ninfómanas no vinieron.


 - Una señora llegó a una farmacia,
y le preguntó al farmacéutico si tenía algo para el hipo.
El farmacéutico en vez de contestarle le dio cuatro golpes,
el farmacéutico le preguntó que si se le había quitado el hipo y la señora le contestó
que la medicina era para su hijo que estaba en el carro.